RESTAURANTE GAIG
Calle
Córcega, 200, 08036 Barcelona.
Teléfono :
93 453 20 20
Hablar de
Carles Gaig, es decir palabras mayores. Cocinero clásico, restaurador con una
estrella Michelin, desde hace muchísimos años.
Creador de
platos clásicos de la cocina catalana y barcelonesa. Es uno de esos cocineros
propietarios de saga familiar, que ha estado siempre al pie del cañón y siempre
en lo más alto. Aunque en el blog no quiero ofender ni criticar a nadie y menos
al señor Gaig, del cual admiro y respeto.
Tengo que
decir que la primera vez que fui a su restaurante, hace muchísimos años, cuando
dejo la fonda y se instaló en el hotel que no recuerdo su nombre, me decepciono
un poco. Yo buscaba al cocinero clásico que había podido ver en revistas y
libros y comí una cocina contemporánea, que no me atrajo demasiado. Pero cuando
he ido a comer sus clásicos, eso es otro cantar.
Ahí es
cuando me ha robado el corazón. Probar sus legendarios canelones trufados es una
de esas experiencias que no te tendrías que perder en la vida o bien comer sus
famosos e icónicos macarrones a la cardenal o el bacalao con sanfaina. Son
platos inigualables y que pocos cocinan tan sabiamente en un restaurante como
el señor Gaig. No puedo dejar de mencionar sus famosos buñuelos de bacalao, que
son los mejores que he probado y eso que Nando Jubany, los hace muy
buenos.
Me ha dejado
sin palabras su espuma de crema catalana, con el caramelo de limón y el helado
de caramelo. Tengo que decir que cuando voy al aeropuerto, peco con este postre
que lo vende en su restaurante de la T1. Una copa de cava y una espuma de crema
catalana, siempre es un buen momento para emprender ruta.
No sé porque
nunca he ido en época de caza y es una cosa que me sorprendo, porque estoy
convencido que es un restaurante para disfrutar como un enano de esa temporada
que no en cualquier sitio te lo pueden hacer bien.
Por último
comentar que han abierto un local por Diagonal, de comidas para llevar, que espero
poder visitar pronto.
Os dejo con
las fotos de los platos que os he comentado, como también un plato del aperitivo
que me sirvió, que era una parmetier de patata, con una bullabesa, elegantemente
preparada y perfectamente ejecutada.
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